El regreso de Javier Aguirre a la dirección técnica de México no podría haber tenido un mejor comienzo. En su tercera etapa al frente del equipo, el “Vasco” mostró una versión renovada y dinámica del combinado nacional, superando con claridad a Nueva Zelanda con un contundente 3-0.
Este resultado no solo significa una inyección de confianza para el equipo, sino también una oportunidad para reconectar con la afición, que recientemente había mostrado su desencanto tras la Copa América bajo la dirección de Jaime Lozano.
El encuentro, disputado en Pasadena, comenzó con México tomando la iniciativa desde el primer minuto. A los cinco minutos, Orbelín Pineda, mediocampista del AEK de Atenas, abrió el marcador y demostró que está listo para asumir un papel más relevante en el equipo, algo que no se vio durante las gestiones de Lozano y Diego Cocca.
A pesar del gol tempranero, Nueva Zelanda se cerró defensivamente, obligando a México a adaptarse a la nueva filosofía de juego propuesta por Javier Aguirre, que se notó más cohesionada en la segunda mitad.
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La entrada de César “Chino” Huerta en sustitución del lesionado Julián Quiñones fue determinante para el triunfo. El jugador de los Pumas fue clave para revitalizar el ataque mexicano, desbordando por las bandas y liderando al equipo con su energía y desequilibrio.
En pocos minutos sobre el campo, Huerta anotó el segundo gol, dando tranquilidad a México y asegurando la ventaja. Su actuación fue fundamental también en la jugada que culminó con el tercer gol, obra de Luis Romo, que cerró el marcador ante un rival oceánico que mostró pocas mejoras respecto a su desempeño anterior.
Con esta victoria, México tiene motivos para trabajar con tranquilidad de cara a su próximo compromiso contra Canadá en Dallas, Texas. Este encuentro promete ser un desafío mayor y servirá como una prueba real de lo que Javier Aguirre y su equipo técnico han logrado en esta breve, pero intensa, semana de trabajo durante la Fecha FIFA.
El nuevo ciclo de Javier Aguirre al frente del Tri comienza con optimismo, dejando atrás los fantasmas del pasado reciente y abriendo la puerta a nuevas esperanzas para el fútbol mexicano.
