El Municipio en México suscitó los más grandes debates en la conformación de la primera Constitución progresista del S. XX, y en ella el constituyente mexicano en la redacción del Art. 115, lo concibió como “La Célula Básica de la Nación” y es desde hace mas de 100 años que la vida municipal y el fortalecimiento de los gobiernos locales ha sido parte de diversas reformas que han permitido su evolución y sobre todo garantizar la autonomía y la libertad municipal. El Constituyente mexicano, originario y permanente, ha establecido al Municipio Libre como el baluarte de los derechos de las comunidades, mismas que se organizan para autogestionar la atención de sus necesidades básicas de convivencia.
En este marco, se debe reconocer y plantear al ámbito municipal como un espacio estratégico para promover un ejercicio democrático del gobierno y del poder, así como una gestión democrática del desarrollo integral, del hábitat humano, del medio ambiente, ya que es en el municipio donde se articulan los diversos ámbitos de la vida social, económica, política y cultural de la población, desde lo sectorial y lo territorial, desde una visión globalizadora y una acción integradora (gobierno-sociedad, campo-ciudad, desarrollo local-regional-nacional).
Nuestro México es una nación de hondas raíces federalistas. Desde su fundación como república soberana, el pacto federal dio cohesión al proyecto nacional y definió la estructura y organización del Estado Mexicano, en donde el Municipio, es parte fundamental para darle fuerza y vitalidad a nuestra nación.
Se debe colocar al municipalismo en la agenda nacional desde su voz y propuesta propias. Esto implica fortalecer la presencia de los gobiernos locales y de la ciudadanía en el debate actual.
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Es un deber pugnar por un federalismo incluyente y democrático, en el que el municipio, su gobierno local y su ciudadanía sean partes integrantes del Pacto Federal y de la Nación, fortaleciendo así la soberanía del pueblo.
Por lo que es necesario un nuevo marco de relaciones entre ámbitos de gobierno y entre gobierno y sociedad que, a la vez, necesita una reestructuración del propio gobierno municipal, con una división de poderes a lo interno que dote de capacidad legislativa al municipio, con una representatividad más plural en su conformación y con mayores atribuciones y recursos.
En donde es fundamental el Protagonismo de la sociedad civil y ciudadanía activa, desarrollando el ejercicio pleno de “todos los derechos para todos”; fortaleciendo la construcción y consolidación de identidades sociales, e incrementando la capacidad de formulación de propuestas, de toma de decisiones y de manejo y vigilancia de lo público. Para ello es necesario llevar adelante procesos de formación de conciencia y corresponsabilidad ciudadana, más que profundizar una visión y una práctica de delegación del poder en las autoridades, lo que fomenta actitudes paternalistas y populistas; es indispensable asumir la cogestión como práctica permanente, y para ello es fundamental estimular y concretar la auto organización de la sociedad local.
Acá entre Nos, una tarea de tal magnitud exige poner manos a la obra, sumar y comprometer voluntades y reunir una participación corresponsable que rinda sus mejores frutos, en donde el único triunfador sea un México vigoroso en sus instituciones republicanas y recordemos lo que escribió Alexis de Tocqueville en su libro la Democracia en América “es en el municipio donde reside la fuerza de los pueblos libres. Las instituciones municipales son a la libertad lo que las escuelas primarias a las ciencias; ellas son las que la ponen al alcance del pueblo; le hacen gustar de su uso pacífico y lo habitúan a servirse de ella. Sin instituciones municipales, una nación puede darse un gobierno libre, pero carecerá del espíritu de la libertad.”
Por Cierto, una falicitación al Gobernador Electo Alejandro Armenta, por colocar al municipalismo como uno de sus ejes rectores de su próximo gobierno, “hay que Pensar Global y Actuar local, hay que pensar en Grande”
