“La derrota no debe ser un motivo de desánimo, sino de reflexión y una oportunidad para reencontrar el camino.” — Manuel Gómez Morin
Finalmente, pareciera que lograron su cometido: presionar a las estructuras para que les hiciera el trabajo, con presión política, con recursos económicos, y otros más ofreciendo un futuro político. Faltará ver si alguno (a) de los candidatos registrados impugna esa decisión. ¿Quién, en su sano juicio, cree que la militancia renunciaría a votar y decidir la próxima dirigencia estatal? ¿Quién cree que esos ocho mil ciudadanos que salieron a votar el domingo pasado en un tema nacional van a renunciar a participar en un tema local? ¡Es una bravuconada arrebatarle a la militancia su derecho a decidir!
Todo se aclara con una pregunta: ¿por qué hace 3, 6 y 9 años el proceso fue decidido por la militancia? ¿Por qué esta vez se decidió que las elecciones no fueran concurrentes con la elección nacional, como en años anteriores? La respuesta es sencilla : la decisión ya estaba tomada desde antes de que llegaran esas “actas” y además en esas tres elecciones anteriores no se manipuló la normatividad como ahora. Aunque sigan enviando mensajeros y alguno que otro columnista bravucón, esa es la verdad.
La normatividad interna es muy clara: especifica que la renovación de las dirigencias estatales debe ser por el método ordinario, es decir, por la militancia, salvo en caso de fuerza mayor o causa extraordinaria, lo cual no es el caso en Puebla. Por eso se afirma que se optó por la peor decisión.
Quienes manejan el PAN a nivel estatal pretenden seguir la misma ruta tras el peor fracaso electoral que ha tenido el partido en décadas.
Además, vemos a simpatizantes e integrantes de este equipo “sufriendo calenturas ajenas” y adoptando posturas de odio cuando se les recuerda lo que sucedió el 2 de junio pasado. Se ofenden, se desgarran las vestiduras y/o responden queriendo acallar o desviar la atención de una realidad innegable, en estos casos de lo que se habla es de hechos y circunstancias; no de personas en específico. Tranquilos no se lo tomen tan personal. Si no partimos de estas realidades, no podremos construir un camino hacia el 2027, que es la próxima parada o la siguiente aduana del partido.
Gómez Morin instaba a los militantes a abordar su labor con pasión y un profundo compromiso hacia los ideales democráticos y de justicia social. Creía que la militancia debía entenderse como una entrega generosa al servicio de la comunidad, y que debía incluirse en la toma de decisiones. Subrayaba la importancia de la responsabilidad individual de cada militante. Para él, ser parte de un partido político implicaba, además de derechos, deberes que cada miembro debía asumir con seriedad y dedicación. Los integrantes de las dirigencias no son la excepción: también son militantes tomando decisiones.
Por último hago un respetuoso exhorto al Presidente @JorgeRoHe para que se tome la mejor decisión para el partido en concordancia con el proceso interno nacional: que la militancia decida a la nueva dirigencia estatal en Puebla.