No hay fecha que no llegue y plazo que no venza, y los 100 días de gobierno de los ayuntamientos poblanos se han cumplido. Aunque es un periodo muy corto para hacer una valoración objetiva y determinante sobre el desempeño de las y los ediles, lo cierto es hay casos que han dibujado la columna vertebral de su gestión, iniciaron programas y hasta concluyeron obras; pero hay algunos que han mostrado que no tienen ni idea de qué hacer en la gestión pública.
Aquellas alcaldesas y presidentes que se han centrado en mostrar el músculo de lo que vendrá en sus respectivas administraciones, tuvieron el valor y decidieron rendir cuentas de los primeros 3 meses, pero otros titulares de los municipios pasaron por alto la significativa fecha y quizá con 2 intenciones: 1) evitar cuestionamientos ante la falta de acciones y programas y 2) redoblar el trabajo a fin de concentrarse en dar resultados.
Los ayuntamientos, por ser el nivel de gobierno más cercano a las y los habitantes, siempre serán los más visibles ante el ojo ciudadano. Esa cercanía los lleva a estar en la lupa social y mediática, por lo que su desempeño siempre será visto, analizado y evaluado les guste o no a los alcaldes en turno.
Cien días es un periodo insuficiente para aprobar o reprobar a un gobernante, sin embargo las creencias políticas y mediáticas ha obligado a las autoridades a presentar los balances de ese corto lapso de tiempo, aunque los resultados sean raquíticos, sin nada que presumir.
En el caso de Puebla capital, por ser el corazón social, económico, cultural y político de la entidad, pero sobre todo por la alta concentración demográfica, se vuelve en referente obligado para evaluar el actuar del alcalde en ejercicio.
Hoy José Chedraui rendirá un informe de esos 100 días. Seguro que el munícipe va subrayar el inicio de obras, la conclusión de pavimentaciones, la entrega de alumbrado en colonias y juntas auxiliares de la capital.
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De igual modo el presidente municipal de Puebla hará mención de los apoyos directos al fortalecimiento de la seguridad pública con acciones como el aumento salarial a policías, las conexiones de cámaras de video vigilancia, así como la incorporación de 200 nuevas patrullas.
También enumerará las tareas a cargo del sistema DIF, labores humanitarias y de salud. En el balance hará mención de las actividades de días de muertos y las decembrinas. Hablará de la recaudación predial y también expondrá que pese a las finanzas comprometidas que heredó, la ciudad sigue su ritmo “imparable”.
Otro elemento que le ha ayudado a Pepe Chedraui a ir cumpliendo sus compromisos es su relación cordial y empalmada con el gobernador Alejandro Armenta. Ser parte del mismo partido que gobierna el país, sin duda que le ayuda al alcalde y va bien.
Todo lo realizado en 100 días (sea mucho o poco) por parte de los gobiernos municipales es bueno y está muy bien; pero vale apuntar que de nada servirán programas, obras o cualquier acción de gobierno si al final el ciudadano (más allá de sus filias y fobias) no percibe acciones de beneficio directo en su colonia, barrio, fraccionamiento o junta auxiliar.
Si bien es cierto que no hay recursos financieros que alcancen para atender todas las carencias de una urbe como Puebla o el municipio que se quiera mencionar, lo cierto es que la autoridad atiende lo urgente y lo inmediato, aunque eso signifique no resolver demandas añejas y quedar mal con algunos pobladores.
Ojalá que con el paso de los días, semanas y meses todas y todos los alcaldes redoblen esfuerzos y entreguen resultados a los ciudadanos, porque de lo contrario pasarán al listado de los ediles de triste memoria.
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