Durante décadas, Teziutlán ostentó con orgullo el título de “La Perla de la Sierra”. Su dinamismo comercial, su arquitectura imponente y su papel como centro económico y político de la región nororiental de Puebla le dieron un prestigio que trascendía el ámbito estatal ¿Quién no recuerda haber oído de la Londres poblana? Sin embargo, los últimos años han sido testigos de una transformación desigual, marcada por el crecimiento urbano sin planificación, la migración de talento local y los retos económicos que han afectado a toda la región,
El pasado que brilla
Hablar de Teziutlán es evocar una ciudad que, en sus mejores tiempos, fue referente en educación, cultura y comercio. La influencia de sus empresarios, la solidez de sus instituciones y la belleza de su traza urbana consolidaron su identidad como la ciudad más importante de la sierra poblana. Su mercado y su conexión con Veracruz la convirtieron en un punto clave para el desarrollo de la región.
Pero el título de “Perla de la Sierra” no solo se basaba en su auge económico. También tenía que ver con la calidad de vida de sus habitantes, la limpieza de sus calles, la organización de sus barrios y la fortaleza de su tejido social. Teziutlán no solo era un centro comercial; era un orgullo para quienes nacieron y crecieron en sus montañas; ir un fin de semana con la familia a hospedarse en el hotel virreynal, era toda una experiencia.
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Los desafíos actuales
Hoy, la ciudad enfrenta problemas comunes a muchas urbes intermedias: inseguridad, deficiencias en los servicios públicos, falta de oportunidades laborales para los jóvenes y una infraestructura que no ha crecido al ritmo de la población. A esto se suma la competencia de otras ciudades que han sabido modernizarse y diversificarse, como Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec, que han apostado con éxito por el turismo y la inversión en infraestructura.
Además, el comercio, que alguna vez fue el pilar de Teziutlán, ha sufrido cambios drásticos con la llegada de grandes cadenas comerciales que han desplazado a los negocios locales. La identidad de la ciudad se diluye entre franquicias, edificios desordenados y una falta de visión de largo plazo en su desarrollo.
¿Puede recuperar su esplendor?
La respuesta es sí, pero con condiciones. Para que Teziutlán vuelva a ser la Perla de la Sierra, es fundamental que su gobierno y su sociedad apuesten por una planeación estratégica que contemple:
- 1. Ordenamiento urbano: Recuperar su imagen arquitectónica y mejorar la infraestructura vial.
- 2. Seguridad y servicios: Frenar el deterioro de los espacios públicos y garantizar tranquilidad a sus habitantes.
- 3. Economía local: Fomentar la inversión en negocios teziutecos y reducir la dependencia de grandes cadenas.
- 4. Turismo y cultura: Revalorar su historia, su gastronomía y sus atractivos naturales como motores de desarrollo, van a trasados con respecto a otros municipios serranos y el tema del turismo requiere mucha imaginación, innovación y puesta en marcha.
- 5. Educación y talento: Crear incentivos para que los jóvenes preparados se queden y aporten al crecimiento de la ciudad.
Acá entre Nos, Teziutlán tiene todo para recuperar su brillo: ubicación estratégica, riqueza cultural y un sentido de identidad que todavía persiste. La pregunta es, si quienes toman decisiones y quienes habitan la ciudad están dispuestos a dar el paso para devolverle su prestigio. Porque el título de “Perla de la Sierra” no es solo un recuerdo: puede ser un futuro.
** El autor es municipalista
Correo: gabriel.lopez@ideasac.org.mx
