Con Furia Roja se logra ser campeonas del mundo

¡Pásenle a su espacio de salseo deportivo favorito! Tarjeta Rosa se llena de emoción en esta ocasión porque estamos de manteles largos porque aquí amamos las justas mundialistas y este año se llevó a cabo una que cambiará el rumbo del fútbol femenino.

La selección española femenil ha hecho historia, han conseguido 23 jugadoras paralizar el mundo y que los ojos estén puestos en ellas. Nuevamente se repetía la historia de hace 13 años, en donde una nación se unía para gritar a todo pulmón como su selección lograba tocar la punta de la estrella del éxito. Sin embargo, había una diferencia, no eran la selección masculina, sino un grupo de mujeres con pasión hacia el esférico.

Pero el camino no fue fácil, de hecho podemos decir que ha sido quizá el triunfo más complicado, polémico y controversial y quizá, solo por eso, el triunfo se disfrutaba más.

15 jugadoras, llamadas ‘rebeldes’ alzaron la voz, exigían más nivel porque sabían que serían las próximas campeonas del mundo, lo sentían, lo decretaban y no dudaban de su capacidad, sin embargo, la Federación no estaba consciente del poder y la “Furia Roja” que había en esa concentración.

Las rebeldes hicieron un cambio en la historia del fútbol español, pero sobre todo en el fútbol femenil, ahora son un referente de no permitir abusos y ha pasado de ser una cuestión deportiva a buscar la dignidad como ser humano.

Algunas se mantuvieron firmes en esa decisión hasta el final de la línea, sacrificaron más allá de solo horas de entrenamientos, algunas perdieron posiblemente su última oportunidad de proclamarse campeonas.

A pesar de ello, ellas también lo lograron. Siéntanse ganadoras, que la medalla de la valentía está colgada en sus cuellos. No fueron 23 campeonas, fueron 35.

No obstante, el sacrificio de aquellas 12 que no bajaron la guardia y la continuidad de las tres restantes son un complemento para darnos cuenta que estamos frente a una aguerrida selección que no dejará de luchar, que traen en la sangre aquella furia roja que las caracteriza.

Hoy ganó España en el mundial femenil, pero realmente ganó el fútbol, ganaron las mujeres y ganó la lucha a los ideales.

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Remontarnos a Sudráfrica 2010 no es una mala anécdota como varios amarillistas han querido tomarlo.

Muchas de las mujeres que este domingo dejaron la piel, un día estuvieron sentadas frente al televisor junto a su familia con la emoción a flor de piel cuando Andrés Iniesta anotó aquel gol de la victoria que les daba la primera estrella a España. Este año le tocaba a las mujeres sacar la casta… e hicieron que varios tuviéramos esa reacción.

Olga Carmona ahora es el nombre que se encuentra a un lado de Iniesta como héroes de sus selecciones respectivamente. Las coincidencias dicen que no existen, solo lo inevitable y sin duda una hermosa casualidad fue finalizar el mundial con un solo gol, suficiente para decir “se logró”.

Como toda guerrera, Olga tuvo que pasar un amargo momento, ver como luchaba por una estrella mientras que su estrella favorita subía al cielo. Tu padre te vio llegar a la final, pero su alma te vio ganar el mundial. ¡Grande Olga!

Sin duda en este mundial nos dimos cuenta la importancia de la familia para lograr los triunfos. Algunos de sangre y otros más por adopción. Jenni, hermana tú siempre serás mexicana.

Dicen por ahí que los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana y verte hacer magia en la Liga Mexicana de Fútbol ha sido suficiente para arroparte con nuestro cariño y sentirnos orgullo de nuestra Tuza.

La cuesta ha sido complicada, pero la vista desde arriba ha sido magnífica. Desde las llamadas ‘rebeldes’ que sin ellas por su valentía y garra, el cambio a “regañadientes” no se habría hecho ante una Federación de oídos sordos, desde pérdidas y ganancias y sobre todo de líderes que seguirán inculcando su sabiduría a las nuevas generaciones.

Ganó la selección española femenil, pero también ganó el cambio de mentalidad. El fútbol no tiene género, solo pasión y entrega.

¡Felicidades chicas! Han logrado más que un trofeo, lograron el respeto de hombres y mujeres. ¡Campeonas, olé, olé, olé!

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