Foto: El Mundo de Orizaba
La madrugada de este jueves 31 de agosto, los habitantes de México pudieron observar un espectáculo astronómico único: la superluna azul, la segunda luna llena del mes y la más grande y brillante del año.
Este fenómeno ocurre cuando la luna está en su punto más cercano a la Tierra, llamado perigeo, y coincide con la fase de luna llena. Según la NASA, la distancia entre la Tierra y la Luna durante el perigeo es de unos 357.344 kilómetros, lo que hace que la Luna se vea aproximadamente un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante que cuando está en el punto más lejano, llamado apogeo.
Además, esta superluna tiene la particularidad de ser una luna azul, es decir, la segunda luna llena que ocurre en el mismo mes calendario. Esto se debe a que el ciclo lunar es de 29,5 días, mientras que la duración promedio de un mes es de 30,5 días.
Así, cada dos o tres años se produce una brecha que permite que haya dos lunas llenas en un mismo mes. La última vez que ocurrió este fenómeno fue en octubre de 2020 y la próxima será en agosto de 2026.
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La superluna azul no tiene nada que ver con el color de la Luna, sino que se trata de una expresión del siglo XVI que se refería a algo que nunca o rara vez ocurría, según la Enciclopedia Británica. Sin embargo, bajo ciertas condiciones atmosféricas, como la presencia de partículas de polvo o ceniza en el aire, la Luna puede adquirir un tono azulado.
La superluna azul se pudo apreciar en gran parte del mundo, sin necesidad de ningún instrumento óptico. En México, el fenómeno tuvo lugar el 30 de agosto a las 19:35 horas del centro del país, pero fue durante las primeras horas del 31 de agosto que alcanzó su punto más cercano a la Tierra, según el sitio especializado Time and Date y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
La superluna azul es un evento especial que invita a contemplar la belleza del cielo nocturno y a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo. También tiene un significado simbólico y energético para algunas creencias y prácticas espirituales, como el yoga y la astrología.
Según la terapeuta de yoga Nour Pellé, esta luna azul trae consigo una fuerte oleada de energía liberadora, que puede provocar cambios y renovaciones en nuestras vidas. Además, al estar en el signo de Piscis, esta luna llena favorece la sensibilidad, la intuición y la conexión con nuestro mundo interior.