La crisis de la Selección Nacional de México parece no tener fin. En un duelo amistoso disputado en Puebla, el equipo dirigido por Javier Aguirre no pudo imponerse ante un Valencia debilitado, empatando 2-2 en el Estadio Cuauhtémoc.
El club español, que atraviesa por uno de sus peores momentos en la liga española, viajó a México con 11 bajas y una alineación repleta de jóvenes, entre ellos un portero de apenas 18 años, quien fue clave para evitar la derrota de los Naranjeros.
El encuentro arrancó bien para México. Apenas al minuto 8, un disparo de Alexis Vega, desviado por el poste y el cuerpo del guardameta Abril, abrió el marcador en favor de la selección.
Los locales dominaban el encuentro y al minuto 35 Ozziel Herrera amplió la ventaja con un golazo, aprovechando los nervios del joven portero valencianista. El 2-0 parecía definitivo, y la afición celebraba con optimismo lo que pintaba para ser una noche redonda.
Sin embargo, la comodidad fue el peor enemigo de México. El Valencia, que parecía desarticulado en el inicio, comenzó a tomar confianza y al minuto 42, un error defensivo de César Montes y el arquero Luis “Tala” Rangel permitió que los españoles descontaran antes del descanso.
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El segundo tiempo trajo una cara completamente distinta para ambos equipos. Mientras la Selección Mexicana mostró una preocupante falta de ideas, el técnico valencianista Rubén Baraja hizo ajustes, incluyendo el ingreso de jugadores clave que revitalizaron al equipo.
Al minuto 61, Dani Gómez aprovechó un descuido de la defensa mexicana y empató el partido, silenciando al Cuauhtémoc.
Javier Aguirre intentó reaccionar con cambios, dándole minutos a jugadores como Roberto “Piojo” Alvarado, César “Chino” Huerta y Raúl Jiménez, pero el equipo no logró remontar ni recobrar el control del juego.
La frustración de los aficionados se hizo evidente con abucheos al final del encuentro, reflejando el descontento por los recientes malos resultados.
El panorama para México no mejora, ya que el martes enfrentará a la selección de Estados Unidos, dirigida por Mauricio Pochettino, que llega con toda su artillería. Javier Aguirre tiene la difícil tarea de recomponer el rumbo de un equipo que, a cada partido, parece perder más terreno ante su afición y rivales.