La Comisión Permanente del Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla va por una limpieza profunda en su casa, ya que aprobaron el inicio de proceso de expulsión de 697 militantes que durante este proceso electoral apoyaron a otros partidos que no formaran parte de la coalición “Mejor Rumbo para Puebla”.
En la lista de expulsados se encuentran candidatos de la 4T, como María de la Barreda, diputada local electa con el Partido Verde y quienes aunque no estuvieron en la boleta electoral se pusieron en contra del PAN, como la diputada local Lizette Minto y el exdirigente estatal Jesús Giles.
No he revisado bien la lista pero no sorprendería que entre los que serán expulsados del PAN se encuentre Eduardo Alcántara, quien estuvo acompañando en campaña a su esposa María de la Barreda, además de atacar cada que se podía a Eduardo Rivera, Augusta Díaz de Rivera y Jesús Zaldívar.
Una voz que está en contra de las expulsiones es la de la exdirigente estatal Genoveva Huerta Villegas, quien dice que la dirigencia actual del PAN quiere adelgazar el padrón de militantes del partido. Sin embargo, puede que su opinión sea porque algunos de los “corridos” son viejos aliados de ella.
Es más, el diputado con licencia Oswaldo Jiménez me comentó personalmente que Huerta Villegas apareció en el conteo del distrito 17, no para solidarizarse con él sino con quien fue su contrincante María de la Barreda, por lo que el tratar de defender a los expulsados se me hace hasta ambiguo de su parte.
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Sin embargo, hay que ser claros, de nada sirve que el PAN Puebla no expulse a estas 697 personas si de por sí apoyaron e incluso abanderaron a partidos que integran la Cuarta Transformación. Es como si dejaran las manzanas podridas junto con las que aún no lo están arriesgando a que las terminen infectando.
En lo personal, opino que esta es la mejor acción que ha realizado Augusta Díaz de Rivera y compañía en lo que van de sus casi tres años de gestión en el PAN Puebla. La decisión la coloco incluso por encima de cuando ganó la dirigencia en 2021 y obviamente de las que tomó en el Proceso electoral que derivó en un 15-0 a nivel federal y un 26-0 a nivel local.
Aunque también deberán tener un plan para contrarrestar las salidas del partido azul, como una campaña masiva de afiliación y o tener un discurso atractivo donde puedan entrar todos los interesados, y no ser vistos solo como los “católicos conservadores”.
Eso sí, la persona que logre posicionarse el próximo mes de noviembre como nuevo dirigente estatal del PAN en Puebla deberá tener un proyecto firme para que el padrón de militantes no se desplome como en su caso le pasó al PRD y como lo está viviendo actualmente el PRI.
Pero mientras vemos si la expulsión de los 697 panistas “traidores” fortalecerá al PAN Puebla o será el camino de su futura perdición, nosotros nos leemos la próxima en El Acuario.