Acajete, es un municipio del estado de Puebla que se está convirtiendo rápidamente en un destino turístico emergente que cautiva a los viajeros con su rica historia, belleza natural y autenticidad cultural.
Situada a solo 40 kilómetros al este de la capital poblana, Acajete ofrece a los visitantes una experiencia única que combina la tradición y la modernidad en un ambiente relajado y acogedor.
Historia y Cultura
El corazón de Acajete está impregnado de historia y cultura. El nombre del pueblo se deriva del náhuatl “Acatl,” que significa caña, y “xetl,” que significa nariz. Esto hace referencia a la forma de nariz puntiaguda de un monte cercano conocido como “El Cerrito de Acajete”. Los vestigios arqueológicos en la zona indican que Acajete ha sido habitada por miles de años.
La población fue fundada entre 1521 y 1523. Su fundación prehispánica se debe a grupos popolacas y náhuas; en 1750 fue parte de la jurisdicción eclesiástica de Tepeaca, también fue tenientazgo.
El lugar que ocupa ahora la población también era idóneo para fundar la ciudad aunque posteriormente se construyera en el valle del Cuetlaxcoapan. Lo que después fue tomado como base del nombre y se le llamó la Aljibe, tiene una leyenda que dice: se construyó en 1625 y sirvió para colectar el agua, para hacer la construcción de la iglesia que se terminó en 1680.
Acajete es una comunidad situada en las faldas de la Malinche, “La señora de la Falda Azul” como le llamaban los antiguos pobladores (Matlalcueye).
El centro de Acajete es un pintoresco pueblo colonial con calles empedradas, casas de adobe y una hermosa iglesia parroquial dedicada a San Andrés Apóstol, que data del siglo XVIII. Los visitantes pueden explorar el centro histórico y sumergirse en la cultura local, que se manifiesta en las festividades tradicionales, como las fiestas patronales y la danza de los quetzales.
También existe una estación de ferrocarril en desuso que se encuentra a 3 minutos del centro de Acajete con buenas condiciones de acceso.
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Naturaleza y Ecoturismo
Para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo, Acajete es un paraíso oculto. La región cuenta con una diversidad de paisajes que van desde montañas y bosques hasta ríos y cascadas. El Parque Ecológico “El Tronconal” es un lugar destacado para realizar caminatas y actividades al aire libre. Los visitantes pueden disfrutar de picnics junto al río o aventurarse en emocionantes recorridos en tirolesa.
Cerca de Acajete se encuentra el impresionante “Salto de Quetzalapan”, una cascada de aproximadamente 100 metros de altura que es un lugar perfecto para nadar y relajarse en medio de la naturaleza. La región también es hogar de una rica biodiversidad, lo que la convierte en un sitio de observación de aves ideal.
Gastronomía Local
La gastronomía de Acajete es otro aspecto que atrae a los visitantes. Los platillos locales incluyen la deliciosa barbacoa de res, tamales de elote, chiles en nogada y el tradicional mole poblano. Los restaurantes y fondas locales ofrecen auténticas delicias culinarias que deleitan los paladares de quienes buscan una experiencia gastronómica única.
Los clásicos licores de frutas en una gran variedad, entre los que se encuentran “el burrito con anís”, el durazno, el tejocote, el capulín, de hierbabuena y toronjil; también se sirve pulque de maguey de la malinche frío y espumoso.
Artesanías y Recuerdos de Acajete
Los artesanos locales de Acajete producen hermosas piezas de alfarería y textiles, también en piedra, metates, molcajetes, temolotes y metlapiles que son perfectas para llevar como souvenirs o regalos para tus seres queridos.
En resumen, Acajete, Puebla, es un destino turístico en ascenso que ofrece una combinación perfecta de historia, cultura, naturaleza y gastronomía. Si buscas escapar del bullicio de la vida urbana y sumergirte en la autenticidad mexicana, este encantador rincón es el lugar ideal para tu próxima aventura.
