La libertad de expresión y el ejercicio periodístico ha estado siempre en la esfera del poder público y la irrupción de las redes sociales ha contribuido a la hipersensibilización en la piel de los poderosos porque debajo de la epidermis existe con frecuencia una pústula purulenta que hiede frente al olfato de la sociedad.
El escrutinio permanente de las actividades de quienes forman parte de los grupos de poder les resulta incómodo. No es nuevo y, si acaso, hay periodos de relativa paz pero eso no significa que la tentación de la censura se haya desvanecido o haya dejado de formar parte de las prioridades de los gobiernos constituidos, grupos empresariales, clericales y hasta de los grupos de delincuencia.
Dos ejemplos ilustran esa circunstancia, tienen protagonistas con nombre y apellido, además de trayectoria en la escena política: Andrés Villegas Mendoza, diputado por Morena y presidente de la Comisión de Seguridad en el Congreso y Jared Albino Soriano Hernández, magistrado del Tribunal Superior de Justicia.
Las consecuencias de una iniciativa de ley que llevó al Congreso del Estado han resultado deficitarias para un nuevo cuadro emergente de Morena como Villegas Mendoza que terminó por colocarse con razón evidente, en el blanco de la crítica por diversas razones. En una entrevista que concedió en el programa El Almuerzo dijo no estar en su interés colocar mordaza alguna a los medios de información que dan cuenta de las actividades públicas de las mujeres y hombres del poder.
El caso del integrante del Poder Judicial del Estado de Puebla es aún mas notorio porque mediante el ejercicio de su influencia en ese ámbito pretendió colocar una mordaza a un grupo de medios de información que le resultaron incómodos como parabólica.mx, ambasmanos.mx, MTPnoticias.com e hipocritalector.com.
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En noviembre del año pasado el Poder Judicial Federal enmendó la plana a poder local y de paso a la persecución que oficiosamente inició la Fiscalía General del Estado, del que diversos medios de comunicación dieron cuenta.
“El Poder Judicial Federal estableció su criterio con base en un conjunto de determinaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como la Jurisprudencia 1a./J 242007, del pleno del Alto Tribunal publicado en el Semanario judicial de la Federación y su Gaceta de mayo de 2007 en que establece que los derechos fundamentales de la libertad de expresión de idas y comunicación y acceso a la información son indispensables para la formación de opinión pública”, publicó La Jornada de Oriente.
Al tiempo de citar al menos cuatro tesis de la Corte, invoca también el espíritu en la materia en la Convención Americana de Derechos Humanos, el Poder Judicial Federal realizó un estudio de proporcionalidad entre el derecho de la libertad de expresión, información y opinión que descansa en los artículos 6o y 7o en la Constitución General, por sobre los alegatos del magistrado Jared Albino Soriano.
No obstante la razón que el Poder Judicial extendió al autor y director de Parabolica.mx, el magistrado ha interpuesto diversos recursos de impugnación para extender el pleito de barandilla que confirma el diagnóstico que de su persona se tiene en los pasillos del Tribunal Superior de Justicia: es un manipulador, soberbio y vengativo.
Se trata de una herencia del morenovallismo, ese grupo político que también tuvo como práctica recurrente la persecución y acoso en contra de la prensa. Jared Albino Soriano fue quien como juez entregó el predio de Valle Fantástico al gobierno de Puebla de Rafael Moreno Valle.
Como integrante del Consejo de la Judicatura dejó 168 quejas en contra de jueces, secretarios y diligenciarios de las cuales después se excuso para no resolver en contra de jueces con los que ya tenía arreglos. Eso habla de la persona inmoral en la que se ha convertido este persona que “defiende su dignidad” y que da sustancia a la necesidad de una reforma como la que impulsa la Presidencia de México.