El desprecio de la SEP a Jaime Torres Bodet y Martín Luis Guzmán

Como dice el dicho popular. “Pobre Jaime Torres Bodet, se volvería a morir del coraje”

Ya es una costumbre el doble discurso de este gobierno, autollamado de “Transformación”. Lo afirmo porque cuando uno ingresa al sitio oficial de la CONALITEG (Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos), hacen referencia al trabajo que en beneficio de la educación realizaron Jaime Torres Bodet y Martín Luis Guzmán Franco, sin embargo, en la praxis, los deshonran brutalmente.

Pareciera que los altos funcionarios de la SEP desconocen las obras y trayectoria de estos dos grandes ensayistas, escritores y diplomáticos mexicanos.

A Torres Bodet, lo recuerdan, con sus recurrentes faltas ortográficas y faltas de dedo. Pregunta, ¿No se supone que los libros de texto pasan por diversos comités para su aprobación? ¿Nadie revisa las impresiones? Como ejemplo, en la página 86 del libro de sexto año hablando de cómo ponerse de acuerdo los niños y las niñas para realizar un ejercicio, utiliza la palabra “todxs”. Ok, ok, está bien, está bien; está de moda, es un gobierno vanguardista y progresista, pero, ¿y los errores de puntuación? Dos puntos suspensivos, frases que terminan o debieran terminar con un punto y aparte… sin punto, entre otros errores por el estilo.

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Lo mejor, la presentación del Manual del Comité Escolar de Participación Administrativa (manual que deriva del programa La escuela es nuestra), Bienvenido al programa La Escuela es Nuestra.

El Estado mexicano tiene la obligación constitucional de brindar educación universal, gratuita y laica en todos los niveles, desde la inicial hasta la superior. Los gobiernos neoliberalesdesatendieron esta obligación propiciando un manejo opaco, lento, burocrático, ineficiente y corrupto de los recursos públicos destinados al mantenimiento de los planteles. El Ejecutivo Federal tiene como principios rectores de la Cuarta Transformación, la erradicación de la corrupción y el dispendio; la implantación de la austeridad, la generación de bienestar y el establecimiento de una democracia participativa.

¡Vaya cinismo! Reconocer a Jaime Torres Bodet, sabiendo que, como funcionario público de la SEP, fundó, junto con la Comisión de Libros de Texto Gratuitos, el Comité de Administración del Programa Federal de Construcciones Escolares (CAPFCE) sin que haya ninguna mejoría en las escuelas públicas en cuanto a su infraestructura.

Por otro lado, reconocer a Martín Luis Guzmán, es igual de falso como hipócrita. Con el discurso tan autoritario del Presidente, retando las órdenes de los jueces, ignorando lo que manifiesta y expresa la Unión de Padres de Familia y haciendo caso omiso a las críticas hacia los nuevos libros de texto, es muy claro que ni el presidente, ni los funcionarios de la SEP han leído A la sombra del caudillo.

Dijera otro dicho popular: “Con esta Transformación hay que arar”.