Porque Tlaxcala si existe y Puebla ya no es una ínsula aislada de lo que sucede en el panorama delictivo en México, ambos estados ya merecieron menciones en la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuando el responsable de la seguridad en México, Omar García Harfuch ofreció un corte de caja de lo realizado en los últimos cuatro meses.
La sola mención de ambas entidades derriba dos mitos preexistentes, alimentados por la gobernadora en el vecino estado, Lorena Cuéllar y en el nuestro, por el imaginario.
Tlaxcala, ha machacado su gobernadora, es el estado del país que goza de mayor seguridad y en Puebla, se vivía una paz narca pues los varones del narco tenían a la entidad como un sitio en el que las familias podían vivir sin ser expuestas a la cruenta guerra que se vive en otras latitudes.
Ni una ni otra se pueden sostener tras escuchar la lista de estados de la República en donde han operado laboratorios clandestinos para la elaboración de drogas sintéticas. García Harfuch habló en Palacio Nacional de entidades claramente identificadas en el Atlas de riesgo, pero también de otras en las que hipotéticamente no existían actividad delictiva a gran escala.
Tlaxcala y Puebla ya figuraron junto a otras como Sonora y Sinaloa; Guerrero y Michoacán; Baja California, Durango y Nayarit en donde en los últimos cuatro meses fueron desmantelados 192 narcolaboratorios para la producción de metanfetamina.
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Entre los locales asegurados y destruidos y la droga incautada en el periodo de referencia, los distintos cárteles de la droga han perdido alrededor de 63 mil 200 millones de pesos. Para ponerlo en perspectiva, el monto del dinero que perdió el narcotráfico en cuatro meses es dos veces el monto del presupuesto que el gobierno de Tlaxcala ejercerá en este 2025, luego de que el Congreso de aquella entidad aprobó para el ejercicio fiscal 28 mil 33 millones de pesos.
El gobierno federal ha detenido en promedio a 90 perfiles criminales de alto impacto al mes desde que el 1 de octubre que comenzó la estrategia anticrimen con Claudia Sheinbaum Pardo hasta el 9 de febrero pasado. La numeralia de las personas detenidas arroja una cifra global que sorprende: 11 mil 600 personas se encuentran sujetas a proceso.
Si las cifras que ofreció el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch en la mañanera de la presidenta de México son consistentes, cada uno de los días del último cuatrimestre fueron aprehendidos 1.2 criminales que operaron para diversos grupos delictivos en todo el territorio nacional.
Derivado de ello, han sido aseguradas 5 mil 692 armas de fuego de distintos calibres, una cantidad que permitiría dotar de un arma a cada uno de los elementos de las fuerzas policiales en los estados de Hidalgo, Chiahuahua y Yucatán, que tienen 5 ml 496, 4 mil 595 y 5 mil 337, según datos de INEGI.
Si además de las 102 toneladas de droga, los mil 200 kilos de fentanilo y el millón 266 mil 750 pastillas de ese opiáceo que han sido incautadas son verídicas estamos ante la confirmación del fracaso de la política de “abrazos no balazos” de Andrés Manuel López Obrador y de la comunicación política de esa gestión presidencial que prendió que con eliminar de la narrativa oficialista el clima de inseguridad que todos han padecido en el país, dejaría de existir.