Falsos los defensores libertarios

Al gobernador Alejandro Armenta se la ha querido ver como un mandatario dictatorial e intolerante a la crítica, especialmente desde los medios. Cada quien está en su derecho de interpretar lo que su inteligencia le provea, desde luego.

A lo largo de dos décadas de una relación razonablemente constante con la fuente política, desde sus inicios en la función pública como director del DIF Estatal; en Desarrollo Social; en Gobernación federal o en el ámbito legislativo se le ha visto aguantar metralla de algunos periódicos y plumas antagónicas, al servicio de otros grupos y perfiles.

De ello han podido dar cuenta periodistas y analistas de larga data y sólida formación intelectual que suelen trabajar información a partir del trabajo diario y fuentes de información directas.

Desde la denigrante y reiterada expresión “soldadote” de Arturo Rueda en el Diario Cambio hasta la delirante transmisión en vivo de un programa “Cena de negros”, en el contexto de la interna de Morena a finales de 2023, Armenta y su equipo han seguido en lo suyo.

La humillación ha sido la constante en la lucha por el poder que terminó con la interna el 10 de noviembre de 2023 y que incluyó la exposición mediática de quienes tienen vida familiar.

Lo que ha sucedido en las últimas horas con el diferendo con el periodista Rodolfo Ruiz, director del sitio e-consulta revela una innoble bitácora de defensores de la libertad de expresión, selectiva y omisa.

Y eso incluye a la organización Artículo 19; al director del sitio Mundo Nuestro, Sergio Mastretta; y al propio Julio Hernández López, autor del espacio Astillero, habituados a reportear desde la distancia, con versiones sesgadas y alimentadas mas por la entraña que por la razón.

Ruiz publicó en el sitio noticioso una nota informativa sin el más mínimo rigor informativo de una ONG inexistente en el país que llevaba como cabeza: “José Tomé hizo que su pareja abortara a su hijo, acusa agrupación Mujeres Solidarias”.

Más de Parabólica: Ni a la esquina con De María

Una mínima búsqueda en cualquier dispositivo habría permitido al editor advertir que Mujeres Solidarias es una asociación sin fines de lucro que tiene su sede en Santo Domingo, República Dominicana y que sus intereses están muy lejos de las calenturas en la aldea local.

En 2022 una conversación cargada de patanerías, arrogancia y clasismo fue subida a YouTube:

“El Fernando Maldonado (autor de la columna) le voy a tumbar los dientes; a (Alejandro) Mondragón, le va a cortar el bigote mi primo (¿?); y a (Antonio) Grajales (concesionario radiofónico) lo vamos a orinar (…) para ver si me quieren de enemigo estos pinches periodiquitos” decía Angel Trauwitz un ex funcionario del difunto Rafael Moreno Valle.

Ninguno de los feroces defensores de la libertad de expresión de Rodolfo Ruiz ocupó un solo tuit ante la pertinaz y desaforada campaña de acoso de ese régimen capaz de perseguir a la prensa que resistió la embestida.

El 31 de marzo este columnista dedicó una última columna sobre el acoso judicial que inició un magistrado de rancia conducta, Jared Albino Soriano que comenzó hace tres años con el propósito de terminar en un proceso penal, como indiciado.

Fue en el último año del gobierno de Miguel Barbosa que inició el acoso de un integrante del Poder Judicial que había presidido la Sala Penal en contra de un periodista que le resultaba incómodo.

Tampoco hubo una solo expresión solidaria de ese “notable” grupo de paladines defensores de la prensa que ahora decidió lanzarse a proteger a quien a través de su medio dio voz a quien igual que Jared Albino Soriano, el magistrado censor, remoja las ganas por una revancha personal.