La realización del foro en Puebla para discutir el alcance de la reforma al Poder Judicial permitirá, entre otras cosas, despojar de máscaras a sedicentes defensores de una institución monolítica y trastocada por los intereses de quienes han medrado, dentro y fuera, para beneficio propio o de grupo.
Entre quienes se han opuesto a una reforma profunda, se encuentran magistrados, secretarios o litigantes que por décadas encontraton la forma de darle la vuelta a las leyes para inclinar siempre la balanza de la justicia en favor de quienes poseen dinero para sufragar intereses esourios, o relaciones.
Muchos de los leguleyos, críticos contumaces de la 4T y de Andrés Manuel López Obrador y quienes en los últimos meses se han opuesto a la reforma al sistema de impartición de justicia, por ejemplo, participaron con singular entusiasmo en las comilonas que un desprestigiado magistrado federal hizo un rancho en Puebla.
Fue inhabilitado por el Consejo de la Judicatura y por las malas artes, defendió su caso hasta mantenerse en el cargo, pero manchado por el desprestigio acumulado por el abuso en el encargo, con toda una parentela colocada en cargos clave en el ejemplo mas obsceno del tráfico de influencias.
No es el único, ni el último. Hay propietarios de escuelas de derecho que no litigan, no imparten cátedra, pero grillan y mucho. Son jilgueros de los grupo de poder que igual han obtenido beneficios a fuerza de torcer las leyes, incluso penales como el mas reciente caso que estuvo a punto de detonar un escándalo.
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Y es que el personaje fue denunciado por privación de la libertad con lo que buscaba resolver un pleito mercantil. Enfrentó el proceso penal del que estuvo cerca de ser imputado a cambio del pagos por debajo de la mesa para poner a salvo su pellejo, como sucede con mas frecuencia de lo normal.
No ha dejado de escribir textos críticos de todo lo que sucede en torno a los gobiernos de Morena, pero no escatima de lisonjas al gobernador electo, Alejandro Armenta, según se pyede ver recientemente en sus redes sociales. Acusa con la derecha y cobra con la izquierda, se dice con sobrada razón.
Esos son los rostros de los opositores al cambio profundo que se ha propuesta la cúpula de la 4T en lo que queda de la administración de López Obrador y la que comienza con Claudia Sheinbaum, que seguramente tendrá repercusiones en los estados de la República –Puebla destacadamente-.
Deliberadamente invocan al Poder Judicial como una entidad incorruptible, intocable como si se tratase de una deidad inhasible para la mano del hombre, pero dejan de lado laudos, fallos y determinaciones de los tribunales que han favorecido al poderoso y castigado a los menos favorecidos.
El crimen organizado se colará en el momento en que se vote a un juez en el Poder Judicial dice el estribillo de los falsos redentores, pero hacen a un lado hechos incontrovertibles: algunos de los miembros de los tribunales ya tienen a los malosos de su lado.
Cómo olvidar la fotografía de un huachicolero como “el cachetes” con el impresentable Javier Lozano y otros personajes de la alta política en Puebla. El foro anunciado para el martes 23 en el Centro Expositor como parte de los llamados Diálogos Nacionales para la Reforma del Poder Judicial exhibirá la doble moral de los críticos ilegítimos claramente identificados. Fuera máscaras.