La batalla electoral que se vive en Estados Unidos previo a la jornada de noviembre próximo pondrá a prueba la capacidad de respuesta y negociación de los responsables de las políticas de desarrollo económico en México y no pocos estados por el impacto negativo que trajo en el plazo inmediato el republicano Donald Trump.
El gobierno en funciones y el entrante en Puebla estará necesariamente en esa tesitura porque soslayar un desafío de esas dimensiones traerá saldos negativos que colocará a la entidad en condiciones menos competitivas de las que goza, según diversos indicadores, como el Instituto Nacional de Estadística.
El ejemplo del riesgo que corren los estados en donde existen firmas que producen bienes y servicios de exportación es Nuevo León, el estado al que el propietario de Tesla, Elon Musk decidió “pausar” la construcción de la gigaplanta en la que serían invertidos 5 mil millones de dólares.
Trump ha dicho que uno de las medidas impulsadas al llegar a la Casa Blanca será la imposición de aranceles a los autos que son producidos en nuestro país, como una forma de presionar para que México detenga el flujo migratorio y combata de una manera mas eficaz a los cárteles que operan en el territorio.
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Musk es un decidido promotor de Donald Trump, que junto con un grupo de fuertes inversores de Sillicon Valey están dispuestos a invertir en la campaña republicana para hacer ganar al candidato presidencial. No es menor el reto que tiene México porque a nivel global, nuestro país ocupa el séptimo lugar en exportación de automotores ligeros.
De los autos que salen de Puebla al mercado de exportación son la SUV de Volkswagen Tiguan que va a Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Alemania; pero también la Audi Q5 que tiene como principal destino a Singapur, Taiwán hasta Qatar. Ambas unidades se producen en las plantas de ubicadas en San Lorenzo Almecatla y San José Chiapa, en el estado de Puebla.
En el país se producen la Equinox de General Motors; la RAM 2500 de Chrysler; Tacoma de Toyota; Bronco Sport de Ford; y la HR-V de Honda que tienen como destinos, entre otros mercados, el del vecino país del norte, ni mas ni menos.
Reducir a un tema doméstico como parte de la estrategia de electoral el anuncio respecto de la paralización de la gigaplanta de Tesla en Nuevo León que tomó sorpresa al gobierno estatal, así como los dichos denigratorios del candidato republicano sobre nuestro país resulta de una visión condescendiente e irresponsable.
La tormenta que amenaza este verano desde territorio estadounidense tomó por sorpresa al gobierno de la República, pero al mismo tiempo colocó en una postura poco cómoda a los gobiernos locales concentrados en temas de agenda domésticas sin mucha capacidad de maniobra para enfrentar una crisis binacional que impactaría de manera negativa a la vigorosa industria automotriz, aunque no será el único sector que recienta la postura radical de un personaje con potencial para regresar a la Casa Blanca.