La ex candidata a la presidencia de México por la oposición, Xóchitl Gálvez fue abandonada hasta por el panismo poblano en la lucha por echar abajo la mayoría legislativa de la que dispondrá el Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados en la Cámara de Diputados.
La concentración a la que había convocado el jefe real de la alianza partidista entre el Partido Acción Nacional junto con el PRI y el inexistente PRD, Claudio X González este domingo fue quizá el esfuerzo mas desangelado de lo que habíamos visto en los últimos meses.
Al medio día del domingo eran mucho más las reacciones que la llamada #MareaRosa había generado en redes sociales que el reducido número de personas que llegó hasta las afueras del Instituto Nacional Electoral para protestar por lo que han llamado la sobre representación en la composición del Congreso de la Unión.
Ausentes de esa minoría, la senadora Nadia Navarro, heredara del Pacto Social de Integración, el mini partido local que heredó de sus padre Carlos Navarro, recién fallecido. La ausencia resultó notable porque como senadora en la Cámara Alta resultó de las más entusiastas impulsoras de la hidalguense en la interna panista para convertirla en candidata presidencial.
Lo mismo sucedió con el ex candidato al gobierno del estado por la misma coalición opositora, Eduardo Rivera Pérez, de quien lo último que se ha sabido fue su reunión con el gobernador electo, el morenista Alejandro Armenta. Con Xóchitl Gálvez, nada.
Detrás de estos liderazgos de la oposición existe una larga lista de personajes que obtuvieron candidaturas y sonoras derrotas en el proceso electoral del 2 de junio, del que algunos aún no se reponen por la existencia de sendos expedientes judiciales.
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Ahí están los casos del ex candidato a una diputación federal por el PRI y quien bajo la tutela del Movimiento de Ciudadano fue presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, autodefinido como “obradorista” que terminó por echarse en brazos del rancio priismo de Alejandro Moreno Cárdenas.
Fue un mal día para convocar a la llamada #MareaRosa pues en paralelo sucedían eventos que acapararon la concentración de la mayoría de la gente en la capital del país y ya ni decir en los estados cercanos a megalópolis como la clausura de los Juegos Olímpicos en París.
Al mismo tiempo, se llevaba a cabo la simulación del proceso interno en el Partido Revolucionario Institucional para ratificar al impresentable Alito Moreno, el personaje del que ya se ha dicho y escrito todo como gobernador de su estado, Campeche y luego como dirigente partidario.
El mal tino de los convocantes falló también pues olvidaron una de las máximas que mas fuerzas les había dado cuando el mismo Claudio X González había operado para la marcha que llevó como título “El INE no se toca”, luego del anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador por empujar una nueva reforma electoral.
La ausencia de congruencia exhibida al medio día de domingo por fustigar a una institución que antes defendieron volvió a colocarlos como los personajes que desde la derecha adolecen de tacto, inteligencia y pulcritud para despertar simpatías legítimas.
En tanto Xóchitl Gálvez, como instrumento de esos intereses se quedó sola y el hueco que le generaron los liderazgos de que antes la arroparon desde otros estados, entre los que se encuentra Puebla, como la excandidata a edil de San Pedro Cholula, Roxana Luna a quien recientemente defendió desde el Senado debe ser una señal, pero es altamente probable que aún no lo entiendan.