La actuación del futuro secretario de Seguridad Pública en la capital de Puebla, Fernando Rosales Solís deberá mostrar desde el primer día un conjunto de fortalezas profesionales de las que adoleció en el pasado y que han sido documentadas a lo largo de los meses.
De suyo levanta suspicacias haber sido un mando en la Fiscalía General del Estado bajo la tutela de Víctor Carrancá Bourget, el ex titular de esa dependencia que partió de Puebla con el manto de la sospecha por la actuación que tuvo tras la muerte del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, en julio del 2014.
Lo es porque sirvió en un mandato dictatorial con el panista Rafael Moreno Valle, el aspirante presidencial que pereció en diciembre de 2018 con la caída del helicóptero en el que viajaba también su esposa Martha Erika Alonso, la gobernadora designada por el criterio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, hoy puesto a prueba por la reforma en la materia.
Rosales Solís fue Fiscal de Especializado en Delitos de Alto Impacto desde donde se llamó el mejor policía de México, pero incapaz de resolver de fondo un feminicidio que aún toca fibras sensibles en la sociedad como el que costó la vida a Paulina Camargo Limón, a manos de José (Chema) María Sosa en 2015.
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En esa época, los padres de la joven víctima que al momento de desaparecer tenía 18 semanas de embarazo, se dolieron de la ineficiencia en el trabajo de la Fiscalía bajo el mando de quien fue llevado a Omar García Harfuch, próximo responsable de la seguridad en México, no fue capaz de tomar en cuenta una debida cadena de custodia; ausencia de voluntad para efectuar reconstrucción de los hechos, y menos el aseguramiento del inmueble en donde se pudo haber cometido el feminicidio que alertó a la sociedad y colocó a Puebla en el mapa nacional.
El feminicida de la joven Camargo Limón estuvo a punto de abandonar el penal de San Miguel cuando la defensa arguyó la inexistencia del cuerpo de la víctima y hasta impugnó la única prueba, obtenida sin orden judicial: una muestra de hemática que tenía dos diferentes datos de ADN, el de Paulina Camargo y el de un niño, el bebé nonato de la víctima. La prueba se desvaneció por la ineficiencia del mejor policía.
Llega de nueva cuenta a la escena pública Fernando Rosales Solís, con un mapa político diferente; hay actores nuevos, un reacomodo de fuerzas y otros paradigmas.
El presidente municipal electo, Pepe Chedraui Budib depositó su confianza en el futuro colaborador que fue ratificada por el gobernador electo, Alejandro Armenta. El escrutinio al que se deben someter los servidores públicos en tiempos de la 4T será la constante.
Los iniciados lo tienen claro, la expectativa es alta resultado de la elección con la que el partido mayoritario llegó o ratificó en el poder. El bono democrático, sin embargo, no es eterno y el poder desgasta. Los errores en la función pública son inadmisibles y tan condenables, como la insensibilidad que ya los poblanos padecieron con el régimen aquel al que Rosales sirvió.