De entre los muchos expedientes por resolver en el proceso de transición entre el gobierno que sale y la administración que entra existe uno de particular urgencia por el contexto violento en el que se produce: nombrar a un presidente municipal interino en Chignahuapan, en la Sierra Norte de Puebla.
El proceso que deberá pasar por el Congreso del Estado ocurre luego de que la autoridad electoral decidió invalidar el resultado en el que punteaba un personaje oscuro, postulado por el Partido Fuerza por México: “El Moco”, Juan Lira Maldonado, presunto delincuente. Las irregularidades en un abultado número de paquetes electorales y la ruptura de la cadena de custodia llevaron a declarar nulo el resultado.
No es, sin embargo, la nulidad del proceso comicial del 2 de junio en el que a nivel estatal salió ganador el morenista Alejandro Armenta, sino encontrar a quien asuma la presidencia municipal interina hasta que haya sido consumada la elección extraordinaria para que los habitantes del lugar encuentren a quien se haga cargo de la responsabilidad.
Propios y extraños en la región de la sierra norte saben que el principal reto que enfrentan autoridades salientes y para quienes asuman a partir del próximo 15 de octubre, es el de la seguridad para los habitantes, puesta en tela de duda a partir de lo sucedido en los últimos meses.
La larga lista de eventos de violencia y ejecuciones pone de manifiesto el riesgo que viven los habitantes de ese pequeño y pintoresco lugar, catalogado como Pueblo Mágico por el turismo religioso por la existencia en el lugar de la monumental Virgen de la Inmaculada Concepción.
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Unas horas antes de la elección del 2 de junio pasado en las calles de la cabecera municipal de Chignahuapan quedó tendido el cuerpo mal herido de Javier Tirado, principal operador financiero de quien había sido candidata a la presidencia municipal del municipio vecino, Zacatlán, por los partidos PRI-PAN-PSI, Eloísa Barrios.
Tirado y Barrios, según testimonios recogidos por el equipo editorial de parabolica.mx habían sido financiados por grupos delictivos de la zona con el propósito de facilitar desde los gobiernos municipales actividades ilícitas como los robos de ganado y mercancía, además del huachicol entre Ahuazotepec-Zacatlán-Chignahuapan.
El operador financiero de la ex candidata a la presidencia municipal de Zacatlán fue herido con arma de fuego y su cuerpo trasladado a un hospital de dicho municipio y así evitar que se consumara el ajuste de cuentas, ante la evidencia de la presencia de vehículos con gente armada en el lugar del atentado.
En abril Chignahuapan ya había dado muestras de la descomposición social debido a la presencia de un grupo delictivo que según testimonios del lugar, tiene vínculos con el Cártel de Sinaloa, con la muerte de cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Pública cuando un grupo de presuntos delincuentes era trasladado a la cabecera municipal, desde la comunidad de San Francisco Torrerillos. En el enfrentamiento tres delincuentes fueron abatidos, sin embargo, como en toda táctica de guerra, el grupo agresor se llevó los cadáveres para evitar identificar al grupo agresor, y luego ya nada se ha sabido.
El municipio que es gobernado por el cachorro de un cacique priista, Lorenzo Rivera, ha sido una plaza clave para la pretensión expansionista del grupo delictivo que tiene una presencia innegable en la región y que pretende extenderse hasta la sierra nororiente que conecta con Casitas en la costa de Veracruz, por el lado de San Rafael.
Hasta el momento se carece de un perfil que esté dispuesto a asumir la responsabilidad de conducir ese municipio y los liderazgos legítimos de la zona entienden que sin el apoyo de las fuerzas del orden de mayor capacidad de fuego se corre el riesgo de jugarse el todo por el todo, y el tiempo apremia.