La deconstrucción social lo asemejan a la religión, sedición, a una rebelión sin masas
-Las masas fueron controladas por medio de la televisión; dejaron a nuestros niños solos y fue un niño abandonado, una niña con una familia disfuncional, una madre soltera, con su hijo, un profesor autoritario, un señor con problemas de sobrepeso y representante de la pequeña burguesía. Era el medio por el cual se filtraban los valores sociales, los rechazos y hasta un léxico que los niños adoptarían como propios.
-Una televisora entonces, por medio de telenovelas, llamaba la atención de los jóvenes, de las amas de casa, y de los obreros hartos de trabajar y que pasaban a la panadería por algo pan para la cena.
-Las masas dominadas, el mínimo esfuerzo, la limitación del conocimiento, el enfrentamiento a las crisis se podía vivir mejor con el final de una telenovela, donde los buenos ganan y los malos fracasan; o la final de un partido de futbol, cercano cada domingo a mediodía por estas cadenas que eran las únicas que podía masificar la información.
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Armando le da la espalda, fuma de sus Delicados y piensa:
-Todo lo han visto, como una dominación y perpetuidad de un grupo en el poder, al cual reconocen, admiran a pesar de su falta de valores positivos, como la solidaridad, la equidad, la verdad, teniendo como vértice una ética inquebrantable.
-Observo muchas limitantes en esas clases dominantes, así como en sus organismos educativos establecidos para reproducir la pobreza y la conformidad de la inamovilidad de las clases sociales.
-Lo que observo preocupante es ver a los adoctrinadores sumidos en la tristeza y lejos de las letras y del cambio de paradigma social, el pasar inadvertidos, el tomar el poder político como único sustento para trascender y no su formación académica y la generación de ideas.
-Porque no es solo analizar, sino proponer alternativas plausibles.
