El mexicano vive en la caja… ¿Seguirá vivo o rezando? Aguantador bajo la sombra del machismo
La búsqueda del súper mexicano generado por una escuela consolidada, como las europeas, pero sin alguien que siembre la semilla con sus valores originales, y no se crearía porque en primera nunca nos han visto como sus iguales.
Ese mesianismo que viven los europeos sobre los mexicanos en donde los toman bajo una visión de conquista, de colonización aprovechando los valores de la acumulación de minorías, así como los cercanos a la imagen de las deidades adoctrinadas por los propios colonizadores le dan la confianza ciega a quien no la merece tener, como si fuera un derecho de sangre o hasta de raza.
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Aquí sigue el mexicano, abrazado a sus piernas, por vivir en la indiferencia social, lejos del conocimiento, de las comunidades financieras, hasta científicas, todo con olor a religión, a creencias que no permiten al mexicano crecer ni crear, a desarrollarse y vivir en un espacio seguro, sano y digno para él y sus familias.
Él espera, en una esquina; el desarrollo lo tiene en la cabeza, pero no sabe cómo llegar a él; todos esperan y un día es promovido uno para alejar a todos de la unidad. Lo que vale es estar lejos y sin ánimos de convertirse en un equipo a largo plazo, solo esfuerzos y uniones que no vayan más de un día, en donde convivirán, pero al final del día volverán a la sombra de su indiferencia, tristeza y lamento del porque no puede salir de la pobreza.
Los fantasmas vuelven cada noche y cada año; las ilusiones están siempre tras este niño mexicano que, en pedir para su calavera, le dan una piedra para continuar su sepulcro. Al final de su vida tendrá las suficientes para un campo infinito de promesas incumplidas; la felicidad no se hizo para el mexicano.
