¡Un desastre!

“No se puede llegar a las posiciones públicas para ver qué sucede, se tiene que saber a qué se va, saber lo más posible, habrá cosas que se conocerán sobre la marcha, pero existen muchas otras que no es posible ignorar para llegar a desempeñar una responsabilidad pública”.
Carlos María Abascal Carranza


La comparecencia de la titular de la Auditoría del Estado dejó a la vista el desastre que proveniente de la administración pasada, en muchos sentidos, las y los poblanos nos sentimos inseguros –como serie de terror- el rumbo que va tomando la revelación cada capítulo de la historia financiera de ese sexenio.

Un día nos enteramos que la Secretaría de Planeación y Finanzas no ha solventado ni comprobado observaciones por un monto superior a los 10 mil 500 millones de pesos provenientes de recursos federales. Otro, que existen 682 millones de pesos que se encuentran en proceso de ser solventadas.

Otro más, del subejercicio de recursos por 9 mil 853 millones de pesos. Una revelación de terror es el descubrimiento de la pérdida de 600 millones de pesos producto de una desatinada (y probablemente dolosa) inversión en Banco Accendo, institución que quebró tan solo tres meses después. Y una última (al menos hasta el momento), es que resulta que por omisiones de la Secretaría de Planeación y Finanzas en el cálculo del Impuesto Sobre la Renta (ISR) se generó un crédito fiscal por 722 millones de pesos.

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Los ciudadanos ya teníamos suficiente, pero faltaba la segunda temporada de esta terrorífica historia, de la que son protagonistas las titulares de la Secretaría de Planeación y Finanzas y de la Auditoria Superior del Estado, ambas nombradas en la administración pasada. Entonces, supimos por ellas que no hay respuestas, ni claridad, ni responsables.

Por una parte, se comprueba que el desfalco de 600 millones no se encuentra registrada en la cuenta pública la cual contó con el aval de Auditoría Superior del Estado de Puebla (ASE). Por la otra parte, la reciente comparecencia de la titular de la ASE dejó al descubierto el desastre en las finanzas de ese sexenio.

Y es que, con frases entrecortadas y leídas con torpeza, la titular de la Auditoría buscó excusas y evasivas a los cuestionamientos de todos los representantes de la totalidad de los grupos legislativos que componemos el Congreso del Estado.

Nada se contestó, por ejemplo si hay o no conflicto de interés al llevar acabo su encargo de la titular o de sus subordinados; la proveniencia de los recursos indebidamente invertidos en Banco Accendo; por qué la ASE no fue la encargada de dar a conocer estos desfalcos; las acciones emprendidas la dependencia ante los hoyos financieros; cuántas denuncias públicas se han presentado en contra de servidores públicos responsables; cuáles son las razones de que no se hayan iniciado acciones por parte de la ASE; cuántas dependencias han sido señaladas como responsables; por qué se evita dar información bajo la excusa de “auditorías preventivas” si los ejercicios cuestionados no son los actuales; cuál es el beneficio que se ha tenido de la ampliación presupuestal para la ASE de 53 millones de pesos; por qué ha habido tanta remoción de titulares del área administrativa de la ASE; y la duda que llamó más la atención de los diputados de todos los partidos es que aún no se tiene claridad sobre si los 600 millones son participaciones federales o estatales. ¡Un desastre!

Acción Nacional defenderá los recursos públicos, no solo se buscan renuncias, también responsables, basta de cinismo.

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